viernes, 13 de mayo de 2011

1 - Tepeílhuitl: la fiesta de lo cerros

Justo el día de hoy, 1 - Tepeílhuitl, al igual que los cerros mismos (celebrados esta veintena), uno de mis tres cactus ha reverdecido. Sólo así, quien hasta ayer en la noche fuera amarillo, amaneció verde el día de hoy.

Después de tanta incertidumbre con estas plantas tan delicadas, me da gusto ver que finalmente están encontrando su balance. Igualmente, he aprendido a tratarlas mejor, y a ser más consicente de lo que necesitan, pero ha sido un asunto de ensayo y error que ha costado la vida de la mayoría de las semillas germinadas hasta ahora.

Primero aprendí, que las condiciones necesarias para que germine la semilla, es decir, calor excesivo, no circulación de aire, y humedad extema, no son las mismas que necesita el pequeño botón para desarrollrse correctamente. A partir de tan sólo unos cuantos días de vida, el hikuri recién nacido cambia sus necesidades dramáticamente. La humedad execisva puede podrir las diminutas raíces, el calor extremo lo mata, igual que el frío, o el sol directo, que antes de matar a los jóvenes cactus, los torna amarillos y luego naranjas - rojizos, los "quema". Y es precísamente eso lo que sucedió con dos de estos tres cactus míos, que en mi ignorante inocencia, los sobre expuse al sol... y mucho. He cuidado de ellos muy bien desde entonces y el día de hoy, el más pequeño de los "quemados", amaneció repuesto. El otro (el más grande de los tres, en tamaño), continúa siendo de un naranja preocupante, pero por lo demás parece sano, así que la súbita transcoloración de su más joven compañero, me hacen pensar que hace que las condiciones en las que los tengo son las correctas... Finalmente. Una vez más, el proceso ha sido estresante y algo sufrido. En su mejor momento, el tupper llegó a tener hasta once pequeos botones abiertos, y la decadencia de muchos de ellos, de hecho que de todos, salvo de los res que aún viven, ha sido mi culpa, en una suerte de iatrogenia, resultado directo de mi inexperiencia. Pero el experimento continúa, mientras uno sólo de los tres siga con vida, hay esperanza, y el reverdecer de este pequeño cacto me da esperanza, y perspectiva.

En cuanto al tercer botón, pese a noser el más grande en tamaño, sí es el más gande en edad, de hecho, es uno de los dos botones originales que encontré el día catorce Ochpaniztli, uno de los dos primeros botones que nacieron. Sin duda un ser muy fuerte para aguantar tantos errores de mi parte en este preoceso. Parece pequeño, pero es fuerte, y parece estar bien.

































































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